• 𝑨𝒍𝒗𝒊𝒔 𝑳𝒂𝒙𝒂𝒓𝒖𝒔 - Ficha de personaje.
    - 𝑶𝑪 / 𝑶𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 -


    Raza: Semielfo de los vientos
    Edad: 21 años
    Ocupación: Caballero andante. ¿Mago?
    Alvis Laxarus es un joven “mago” y espadachín, nacido en la cuna de una familia de archimagos semielfos especializada en controlar los vientos y dominar las tormentas. No obstante, Alvis, era la oveja negra de su propio clan, siendo el único en toda su familia sin la capacidad nata de controlar el viento ni tener afinidad a la magia por naturaleza. Esto último provocó que durante su infancia fuera discriminado y visto como alguien ajeno a los Laxarus. El hecho de no poder controlar la magia elemental fue motivo de numerosas burlas y de la misma decepción de su familia quién incluso pensaba que se trataba de algún bastardo.

    Su Padre, Evan Laxarus condenó a su Madre de adulterio debido a que creía firmemente que aquel no podía ser su hijo, sino que era en realidad fruto de una infidelidad de su Esposa con un famoso caballero andante conocido como el “Sin Nombre”, que solía visitar su aldea constantemente. Si bien, jamás se vio tal muestra de infidelidad, la amistad que tenía con la Madre de Alvis era lo suficientemente sospechosa para que un hombre tan orgulloso con Evan lo viera como tal. Aun así, Alvis fue tratado como su hijo y jamás se dudó del parentesco, no obstante, es un secreto a voces que la desconfianza aumento a medida que pasaron los años y su habilidad con el viento era más que nula. Lo cual dañaba directamente su linaje ya que poseía los típicos ojos verde agua y cabellos verdeceos de su clan, pero sin sus capacidades mágicas. Si bien, fue entrenado en el arte del viento y su poder mágico, jamás había logrado conjurar siquiera una pequeña ráfaga de viento y en su lugar, fue entrenado con la espada por el mismismo caballero andante amigo de su Madre. No obstante, la fama del caballero era tal, que jamás pasó por el clan el negar el acceso al guerrero a la Ciudad de los Vientos aun así su Padre Evan se pronunció innumerables veces al respecto al exigir no darle alojamiento a un traidor como él.

    Por este motivo Alvis jamás tuvo una buena relación con su Padre, al contrario, si no fuera por su Madre ni siquiera tuviera un techo, pues Evan jamás lo reconoció como su hijo aun si su pueblo así lo hizo.

    Sin embargo, gracias al caballero sin nombre pudo lograr encontrar el cobijo que necesitaba de una figura paterna. Ya que al ver la injusticia con la que trataba Evan a su primogénito, el mismo decidió enseñarle las artes de la espada y convertirlo en un guerrero honorable y poderoso. Esto último le dio motivación al joven Alvis, que encontró en la espada una fiel aliada para defender a su pueblo aún siendo incapaz de usar magia, su destreza con el acero era indudable, y gracias a su estudio sobre la magia se había convertido en un combatiente especialmente efectivo contra magos, pues conocía de lejos todos sus trucos.

    Al cumplir los 21 años y como lo dicta la tradición de su pueblo, Alvis comenzó su primer viaje de descubrimiento, un trayecto donde por 4 años cada mago de viento debía de recorrer el mundo para seguir aprendiendo y utilizar todo lo practicado para ayudar a la naturaleza y a los necesitados. En el caso de Alvis, si bien, no podía usar magia, como espadachín se encargaría de cumplir su misión. Por lo que iniciaría su viaje a través de los continentes en busca de ampliar su conocimiento. Con suerte, este joven lleno de conocimiento mágico encontraría la forma de lograr la hazaña de por fin lograr efectuar su primer conjuro, de lo contrario al menos se llenaría de increíbles aventuras dignas de una leyenda.
    𝑨𝒍𝒗𝒊𝒔 𝑳𝒂𝒙𝒂𝒓𝒖𝒔 - Ficha de personaje. - 𝑶𝑪 / 𝑶𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 - Raza: Semielfo de los vientos Edad: 21 años Ocupación: Caballero andante. ¿Mago? Alvis Laxarus es un joven “mago” y espadachín, nacido en la cuna de una familia de archimagos semielfos especializada en controlar los vientos y dominar las tormentas. No obstante, Alvis, era la oveja negra de su propio clan, siendo el único en toda su familia sin la capacidad nata de controlar el viento ni tener afinidad a la magia por naturaleza. Esto último provocó que durante su infancia fuera discriminado y visto como alguien ajeno a los Laxarus. El hecho de no poder controlar la magia elemental fue motivo de numerosas burlas y de la misma decepción de su familia quién incluso pensaba que se trataba de algún bastardo. Su Padre, Evan Laxarus condenó a su Madre de adulterio debido a que creía firmemente que aquel no podía ser su hijo, sino que era en realidad fruto de una infidelidad de su Esposa con un famoso caballero andante conocido como el “Sin Nombre”, que solía visitar su aldea constantemente. Si bien, jamás se vio tal muestra de infidelidad, la amistad que tenía con la Madre de Alvis era lo suficientemente sospechosa para que un hombre tan orgulloso con Evan lo viera como tal. Aun así, Alvis fue tratado como su hijo y jamás se dudó del parentesco, no obstante, es un secreto a voces que la desconfianza aumento a medida que pasaron los años y su habilidad con el viento era más que nula. Lo cual dañaba directamente su linaje ya que poseía los típicos ojos verde agua y cabellos verdeceos de su clan, pero sin sus capacidades mágicas. Si bien, fue entrenado en el arte del viento y su poder mágico, jamás había logrado conjurar siquiera una pequeña ráfaga de viento y en su lugar, fue entrenado con la espada por el mismismo caballero andante amigo de su Madre. No obstante, la fama del caballero era tal, que jamás pasó por el clan el negar el acceso al guerrero a la Ciudad de los Vientos aun así su Padre Evan se pronunció innumerables veces al respecto al exigir no darle alojamiento a un traidor como él. Por este motivo Alvis jamás tuvo una buena relación con su Padre, al contrario, si no fuera por su Madre ni siquiera tuviera un techo, pues Evan jamás lo reconoció como su hijo aun si su pueblo así lo hizo. Sin embargo, gracias al caballero sin nombre pudo lograr encontrar el cobijo que necesitaba de una figura paterna. Ya que al ver la injusticia con la que trataba Evan a su primogénito, el mismo decidió enseñarle las artes de la espada y convertirlo en un guerrero honorable y poderoso. Esto último le dio motivación al joven Alvis, que encontró en la espada una fiel aliada para defender a su pueblo aún siendo incapaz de usar magia, su destreza con el acero era indudable, y gracias a su estudio sobre la magia se había convertido en un combatiente especialmente efectivo contra magos, pues conocía de lejos todos sus trucos. Al cumplir los 21 años y como lo dicta la tradición de su pueblo, Alvis comenzó su primer viaje de descubrimiento, un trayecto donde por 4 años cada mago de viento debía de recorrer el mundo para seguir aprendiendo y utilizar todo lo practicado para ayudar a la naturaleza y a los necesitados. En el caso de Alvis, si bien, no podía usar magia, como espadachín se encargaría de cumplir su misión. Por lo que iniciaría su viaje a través de los continentes en busca de ampliar su conocimiento. Con suerte, este joven lleno de conocimiento mágico encontraría la forma de lograr la hazaña de por fin lograr efectuar su primer conjuro, de lo contrario al menos se llenaría de increíbles aventuras dignas de una leyenda.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    // Que en pleno siglo 21 pasen estas cosas. Ni es por su personaje ni ostias. Ha venido a molestar y a hacerse el gracioso el idiota este.
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  • ~me ven toda mala y así pero yo sí espero mis flores amarillas el 21~
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  • “𝐒𝐡𝐡𝐡𝐡~ 𝐍𝐨 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐞𝐬, 𝐋𝐢𝐞𝐛𝐥𝐢𝐧𝐠.”









    Admiraba con una linda sonrisa al hombre en el suelo, aunque lo que decía no tenía sentido, el hombre no podía gritar después de cortarle las cuerdas vocales.

    Este tipo no era más que basura humana. Alguien más que creyó que robarle dinero a la mafia era divertido y fácil. Luego de mandar a su esposa embarazada como tributo como pago, para que la prostituyeran y de ahí, su jefe pudiera recuperar su dinero.

    Claramente a Kiev no le agradó esto, mando a la mujer a su hogar, y a Rubí para que lo encontrará y matará de la forma más lenta posible a ese imbécil, y claramente, recuperar el dinero.

    Después de unos minutos, había logrado terminar su trabajó. Mando a los hombres del ruso a tomar las mochilas de dinero. Y recibió un mensaje que provocó escalofríos en su espalda, "Te veo en 5 minutos. " Junto esto, se marcaba una dirección para que se encontrará con él.


    — Me preguntó si quiere que ese intento de matarlo aumente a 21. — Río para si misma.
    “𝐒𝐡𝐡𝐡𝐡~ 𝐍𝐨 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐞𝐬, 𝐋𝐢𝐞𝐛𝐥𝐢𝐧𝐠.” Admiraba con una linda sonrisa al hombre en el suelo, aunque lo que decía no tenía sentido, el hombre no podía gritar después de cortarle las cuerdas vocales. Este tipo no era más que basura humana. Alguien más que creyó que robarle dinero a la mafia era divertido y fácil. Luego de mandar a su esposa embarazada como tributo como pago, para que la prostituyeran y de ahí, su jefe pudiera recuperar su dinero. Claramente a Kiev no le agradó esto, mando a la mujer a su hogar, y a Rubí para que lo encontrará y matará de la forma más lenta posible a ese imbécil, y claramente, recuperar el dinero. Después de unos minutos, había logrado terminar su trabajó. Mando a los hombres del ruso a tomar las mochilas de dinero. Y recibió un mensaje que provocó escalofríos en su espalda, "Te veo en 5 minutos. " Junto esto, se marcaba una dirección para que se encontrará con él. — Me preguntó si quiere que ese intento de matarlo aumente a 21. — Río para si misma.
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  • —Sirius fue llamado a una pequeña "audicion" para ser un nexus basico,debido a que su rendimiento con la espada y su valentia en combate,Sirius acudio a la central unos dias despues,habian un par de personas que lo evaluarian en rendimiento—


    "Señor Wimbleton,su desempeño en su primera batalla es muy notable,nos han comentado que mato a 21 hombres usted solo,le haremos luchar contra uno de nuestros droides de entrenamiento,tomara la apariencia de uno de nuestros mejores soldados al Azar,usted derrotelo y lo evaluaremos"


    —Entiendo..


    "Tome una espada de su preferencia"


    —Sirius se acerco a una mesa en la cual tenian varias espadas y cuchillas,Sirius tomo la espada mas filosa y ligera y se acerco a ellos—


    "Excelente...Traiganlo"


    —Un androide entro a la habitación,este se quedo quieto y empezo a generar un holograma realista de su padre,Hank James Wimbleton,Sirius entro en panico en su interior,El androide dio comienzo a la batalla,Sirius por el miedo y la impresión de "luchar" contra su padre apenas podia bloquear con su espada,luego de varios golpes,Sirius decidio contraatacar como pudo,haciendo que el androide retroceda bastante,en un momento,uno de sus evaluadores ordeno que se detengan—



    "Alto....retirese,nosotros lo llamaremos señor Wimbleton"


    —Sirius asintio y dejo la espada en el suelo retirándose del lugar aun con el shock—
    —Sirius fue llamado a una pequeña "audicion" para ser un nexus basico,debido a que su rendimiento con la espada y su valentia en combate,Sirius acudio a la central unos dias despues,habian un par de personas que lo evaluarian en rendimiento— "Señor Wimbleton,su desempeño en su primera batalla es muy notable,nos han comentado que mato a 21 hombres usted solo,le haremos luchar contra uno de nuestros droides de entrenamiento,tomara la apariencia de uno de nuestros mejores soldados al Azar,usted derrotelo y lo evaluaremos" —Entiendo.. "Tome una espada de su preferencia" —Sirius se acerco a una mesa en la cual tenian varias espadas y cuchillas,Sirius tomo la espada mas filosa y ligera y se acerco a ellos— "Excelente...Traiganlo" —Un androide entro a la habitación,este se quedo quieto y empezo a generar un holograma realista de su padre,Hank James Wimbleton,Sirius entro en panico en su interior,El androide dio comienzo a la batalla,Sirius por el miedo y la impresión de "luchar" contra su padre apenas podia bloquear con su espada,luego de varios golpes,Sirius decidio contraatacar como pudo,haciendo que el androide retroceda bastante,en un momento,uno de sus evaluadores ordeno que se detengan— "Alto....retirese,nosotros lo llamaremos señor Wimbleton" —Sirius asintio y dejo la espada en el suelo retirándose del lugar aun con el shock—
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  • ERES UN IMBECIL, SIMON! 21-20! MARCADOR A FAVOR!
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  • ¿Una cena?
    Categoría Fantasía
    | Dante Volkov |

    Había conocido un hombre, no supo qué edad tenía pero Effie ya está acostumbrada a ser vacilante y divertida a la vez así que cuando conoció a aquel "Dante" le había sorprendido que recibiera tal invitación a cenar.

    Llegó a su casa y comenzó a darle vueltas. ¿Debía mandarle un mensaje o llamarlo? Chasqueó su lengua y comenzó a agregarlo al teléfono, tal vez sería mejor un mensaje.

    ••••••••

    ⟩ Hey, soy yo.
    ⟩ ¿Te parece bien ir a [Ubicación]? Es un italiano, intuiré que me vas a invitar.
    ⟩ A las 21:00 nos vemos ahí.

    ••••••••

    Una vez que mandó aquel mensaje quedó expectante de si le iba a responder o no, mientras tanto solamente la bruja se quedó suspirando.
    | [Crow1_1King] | Había conocido un hombre, no supo qué edad tenía pero Effie ya está acostumbrada a ser vacilante y divertida a la vez así que cuando conoció a aquel "Dante" le había sorprendido que recibiera tal invitación a cenar. Llegó a su casa y comenzó a darle vueltas. ¿Debía mandarle un mensaje o llamarlo? Chasqueó su lengua y comenzó a agregarlo al teléfono, tal vez sería mejor un mensaje. •••••••• ⟩ Hey, soy yo. ⟩ ¿Te parece bien ir a [Ubicación]? Es un italiano, intuiré que me vas a invitar. ⟩ A las 21:00 nos vemos ahí. •••••••• Una vez que mandó aquel mensaje quedó expectante de si le iba a responder o no, mientras tanto solamente la bruja se quedó suspirando.
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  • 𝐿𝑜𝑠 𝑁𝑖𝑛̃𝑜𝑠 𝐷𝑒𝑠𝑎𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑉𝑢𝑒𝑙𝑣𝑒𝑛 𝑎 𝐶𝑎𝑠𝑎 𝐷𝑒𝑗𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑀𝑎́𝑠 𝑃𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑎𝑠 𝑄𝑢𝑒́ 𝑅𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠

    #Wendigo #WendigoNews

    Nueva York, 21 de julio del 2024 —Tras semanas de angustia y búsqueda desesperada, cuatro de los once niños desaparecidos han sido encontrados y devueltos a sus hogares. La colaboración de un desconocido, cuya valentía y determinación pusieron su vida en riesgo, fue crucial para localizar a los menores.

    Los niños sobrevivientes fueron hallados en Central Park, desnutridos pero sanos. No se ha informado de arrestos relacionados con el caso, lo que deja muchas preguntas sin respuesta. A medida que las autoridades continúan su investigación, surgen detalles inquietantes sobre las condiciones en las que se encontraban los niños, y los padres exigen respuestas.

    "Fue una pesadilla vivir sin saber dónde estaba mi hijo," comentó una de las madres afectadas. "Estoy agradecida de tenerlo de vuelta, pero aún estamos buscando respuestas. No descansaremos hasta que los responsables sean llevados ante la justicia."

    Otro padre expresó su alivio, diciendo: "Mi hija ha vuelto a casa, y eso es lo que importa ahora", pero no podemos olvidarnos de las siete familias que han quedado devastadas.

    Los detalles oficiales descartaron cualquier acusación sobre el denominado Hombre Alto, indicando que se trataba de una pequeña red de tráfico de menores que fue desmantelada, aunque las circunstancias exactas siguen siendo un misterio. La falta de arrestos relacionados ha generado especulación y desconfianza entre los familiares y la comunidad, quienes exigen una investigación más profunda.

    Un portavoz de la policía declaró: "Estamos comprometidos a encontrar a todos los involucrados y llevarlos ante la justicia. Cualquier información adicional que pueda surgir será investigada a fondo. La seguridad de nuestros niños es nuestra máxima prioridad."

    A medida que la comunidad lucha por entender y procesar los eventos recientes, la valentía y determinación de aquellos que pusieron sus vidas en riesgo para salvar a los niños deben ser reconocidas. La verdad, aunque a menudo oculta entre sombras y mitos, sigue siendo la luz que guía nuestros pasos en esta interminable lucha.

    ᴶˑ ᴮˑ
    ᴿᵉᵖᵒʳᵗᵉʳᵒ ᴵᶰᵛᵉˢᵗᶤᵍᵃᵗᶤᵛᵒ˒
    ᵀʰᵉ ᴺᵉʷ ᵞᵒʳᵏ ᑦʰʳᵒᶰᶤᶜˡᵉ
    𝐿𝑜𝑠 𝑁𝑖𝑛̃𝑜𝑠 𝐷𝑒𝑠𝑎𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑉𝑢𝑒𝑙𝑣𝑒𝑛 𝑎 𝐶𝑎𝑠𝑎 𝐷𝑒𝑗𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑀𝑎́𝑠 𝑃𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑎𝑠 𝑄𝑢𝑒́ 𝑅𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 #Wendigo #WendigoNews Nueva York, 21 de julio del 2024 —Tras semanas de angustia y búsqueda desesperada, cuatro de los once niños desaparecidos han sido encontrados y devueltos a sus hogares. La colaboración de un desconocido, cuya valentía y determinación pusieron su vida en riesgo, fue crucial para localizar a los menores. Los niños sobrevivientes fueron hallados en Central Park, desnutridos pero sanos. No se ha informado de arrestos relacionados con el caso, lo que deja muchas preguntas sin respuesta. A medida que las autoridades continúan su investigación, surgen detalles inquietantes sobre las condiciones en las que se encontraban los niños, y los padres exigen respuestas. "Fue una pesadilla vivir sin saber dónde estaba mi hijo," comentó una de las madres afectadas. "Estoy agradecida de tenerlo de vuelta, pero aún estamos buscando respuestas. No descansaremos hasta que los responsables sean llevados ante la justicia." Otro padre expresó su alivio, diciendo: "Mi hija ha vuelto a casa, y eso es lo que importa ahora", pero no podemos olvidarnos de las siete familias que han quedado devastadas. Los detalles oficiales descartaron cualquier acusación sobre el denominado Hombre Alto, indicando que se trataba de una pequeña red de tráfico de menores que fue desmantelada, aunque las circunstancias exactas siguen siendo un misterio. La falta de arrestos relacionados ha generado especulación y desconfianza entre los familiares y la comunidad, quienes exigen una investigación más profunda. Un portavoz de la policía declaró: "Estamos comprometidos a encontrar a todos los involucrados y llevarlos ante la justicia. Cualquier información adicional que pueda surgir será investigada a fondo. La seguridad de nuestros niños es nuestra máxima prioridad." A medida que la comunidad lucha por entender y procesar los eventos recientes, la valentía y determinación de aquellos que pusieron sus vidas en riesgo para salvar a los niños deben ser reconocidas. La verdad, aunque a menudo oculta entre sombras y mitos, sigue siendo la luz que guía nuestros pasos en esta interminable lucha. ᴶˑ ᴮˑ ᴿᵉᵖᵒʳᵗᵉʳᵒ ᴵᶰᵛᵉˢᵗᶤᵍᵃᵗᶤᵛᵒ˒ ᵀʰᵉ ᴺᵉʷ ᵞᵒʳᵏ ᑦʰʳᵒᶰᶤᶜˡᵉ
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  • LA HISTORIA DE AMANDA

    Praga, Checoslovaquia, 8 de diciembre de 1919

    Amanda Novak tiene 22 años. Empezó a prostituirse a los 15. Dejó de hacerlo a los 21, cuando conoció a su último cliente: el señor Nadie.

    Amanda me recibe en su casa, una vivienda humilde que se cae a pedazos: paredes hinchadas por la humedad, techos descascarados, un colchón en el suelo donde duermen varios gatos, tres sillas, una mesa pequeña y un espejo roto que refleja mi silueta cuarteada. Amanda se desplaza en una silla de ruedas oxidada, me pregunta si quiero té de jengibre, le digo que no. Sorprende la miseria que la rodea. Lo primero que le pregunto es qué hizo con el dinero que le pagaron.

    —Doné una parte al hogar de huérfanos en donde crecí —dice—. Al principio se negaron a aceptarlo, hicieron preguntas: de dónde había sacado tanto, quién me lo había dado, etc. Al final los persuadí de que se quedaran con un poco, de que reformaran el hogar y les comprasen ropa nueva y juguetes a los niños... Aceptaron la donación a regañadientes. Claro, imagine a una muerta de hambre como yo, que se aparece con millones de Coronas en una bolsa…
    —¿Y qué hizo con el resto?
    —Contraté a un detective, le dije que le daría la mitad si encontraba al señor Nadie.
    —¿Así se llama el que la secuestró? ¿Señor Nadie?
    —Así se llamaba… —dice Amanda mientras se sirve té en una lata de tomates vacía.

    Amanda tiene el cutis gris, seco y estriado. Me cuesta creer que sólo tenga 22 años. Sus brazos están fibrosos de tanto girar las ruedas. Sus manos son gruesas, ásperas y venosas; parecen manos masculinas. Sus piernas sin pies cuelgan de la silla como algo ajeno al resto de su cuerpo. Lleva el pelo revuelto, casi blanco, tan largo que debe hacerse una trenza para que no se le enrede con las ruedas de la silla. Cualquiera que leyese esta descripción pensaría que se trata de un adefesio... pero no lo es, la belleza late en su cara, en sus facciones suaves y en sus ojos color zafiro, que contrastan con la lividez de su piel.

    Bratislava, 3 de abril de 1918

    «Soy una chica sucia, chupo y trago más que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor, para el mejor postor…». Así se vende Amanda frente los hombres que pasan a su lado: cantando sus destrezas a viva voz. Algunos se paran y le ofrecen monedas, pero ella sonríe y les responde, también cantando: «No acepto limosnas… chupo y trago mejor que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor… »
    El estilo que Amanda utiliza para venderse es infantil, las demás putas que comparten la calle se ríen de ella, le dicen estúpida, imbécil, ridícula… pero ella las ignora y sigue cantando; y al final, el mejor postor siempre la elige entre las otras.

    Cerca de las 2 de la mañana, la calle Roja de Bratislava empieza a vaciarse de gente. En lo que va de la noche Amanda se ha dejado sodomizar tres veces y ha hecho seis felaciones. Sus bolsillos están llenos. Se prende un cigarrillo para quitarse el gusto a esperma de la boca. Mientras camina por las desérticas calles de la ciudad, nota que un auto se arrima a la vereda y reduce la velocidad para quedar a la par de ella. Es un Buick blanco, el chofer saca una mano enguantada por la ventanilla y deja caer un rollo de billetes en la calle, luego acelera. Amanda recoge los billetes y sigue caminando pendiente del auto, que se estaciona llegando a la esquina. La mano del chofer suelta otro rollo y vuelve a acelerar. Ella toma el dinero y sigue al auto como un animal hipnotizado. La acción se repite cuatro veces, hasta que el auto se detiene y apaga el motor. Amanda le acerca los cuatro fajos al chofer.
    —¿Qué estás buscando con tanto dinero? —le pregunta.
    En la penumbra Amanda no logra distinguir la cara del tipo, que se baja el ala del sombrero para no dejase ver.
    —Busco sus servicios por 9 meses —le dice.
    Amanda suelta una risotada ordinaria, le tira los billetes en el regazo y se va caminando.
    El auto arranca y la sigue. El chofer saca la mano nuevamente y deja caer algo brillante en la vereda, algo que percute como una piedra. Amanda se agacha y recoge lo que parece ser un diamante.
    —Lo que usted tiene en sus manos es una gema valuada en miles de Coronas. Si me ofrece su cuerpo por 9 meses, se la puede quedar y vivir como una duquesa el resto de su vida.
    Amanda sostiene la joya, la baraja entre sus palmas, es pesada, de forma hexagonal. Mientras el chofer habla, Amanda se quita los zapatos con la punta de los pies y se escapa llevándose el diamante. El auto la persigue tocando el claxon. Amanda toma las calles al azar, gira en las esquinas, derecha, izquierda… se mete en un callejón, no hay salida, intenta treparse al muro para pasar al otro lado, el auto acelera y le aplasta las piernas con el parachoques.

    Amanda despierta en una cama con dosel. Tiene los brazos atados a los pilares de la cabecera. Del dosel cuelga un velo rojizo, se distingue una sombra a través de la tela.
    —¿Dónde estoy? —pregunta.
    —Lejos —responde la sombra.
    —¿Usted quién es?
    —Soy el señor Nadie.
    —¿Qué quiere, por qué me trajó aquí?
    —Se lo dije hace una semana, en la calle: quiero 9 meses.
    Amanda está drogada, siente la boca seca y la lengua hinchada. Habla con dificultad.
    —¿Qué pasa con mis pies? No los siento.
    —Sus piernas quedaron destrozadas. Tuvimos que amputarle los pies para detener la gangrena... —responde la sombra son suma tranquilidad.
    Amanda cierra los ojos y solloza.
    —Esto no puede estar pasando… —murmura.
    La sombra corre el velo y se deja ver. Es un hombre vestido de traje negro, con la cara deformada en protuberancias que emanan un líquido viscoso y amarillento.
    —¡Por Dios! —grita Amanda.
    —Entiendo su espanto —le dice el hombre—. Sucede que sufro de una extraña clase de lepra purulenta. Mi familia lleva varias generaciones sufriendo esta enfermedad. Me han dicho que es un maleficio gitano que le hicieron a mi tatarabuelo, hace 150 años... Sé que soy repulsivo a sus ojos, ni yo mismo tolero mirarme, por eso no hay espejos en esta casa.
    El hombre se sienta al borde de la cama.
    —¿Y yo qué tengo que ver con eso? —pregunta Amanda desviando su mirada—. Déjeme ir, yo no hice nada malo... no quise robarle, perdóneme, por favor…
    El tipo le acaricia la cara. Amanda siente los bultos viscosos de sus manos rozándole las mejillas.
    —Usted nos va a salvar, Amanda —le dice—. Usted fue elegida para curar esta maldición.
    —¿De qué habla? ¿Está chiflado?
    —Esta noche, los hombres de esta familia: mis tres hermanos, mi padre, mis cuatro sobrinos y mis dos tíos, van a intentar preñarla. Y cuando lo logren, cuidaremos de usted hasta el momento de dar a luz. Con esa criatura vamos a cortar la maldición... En agradecimiento me encargaré de hacerla una mujer millonaria…
    —¡Ni muerta me dejaría tocar por ustedes! —grita Amanda mientras tironea de las amarras.
    —Amanda —le dice el hombre con ternura—. Usted no está en condiciones de decidir. Si se resiste será peor, porque la haremos sufrir: la quemaremos, le arrancaremos la piel, le sacaremos los ojos, la lengua... la obligaremos a comer cucarachas y las cosas más horribles que pueda imaginarse. En cambio, si cede, si abre sus piernas sin poner resistencia, esto pasará pronto y se llevará una gran recompensa.
    —¡Prefiero que me mate, hijo de puta!
    El hombre se levanta, vuelve a correr el velo del dosel y antes de salir de la habitación le dice:
    —Comenzamos en dos horas. Antes vendrá una enfermera, para limpiarla y lubricarla…

    —Y así fue —me dice Amanda—. El grupo de leprosos apareció dos horas después. Había de todas las edades, desde 16 hasta 60 años. Uno por uno fueron metiéndose entre mis piernas, con sus cuerpos amorfos, supurantes, inmundos... Con las caras desfiguradas por los bultos. Y mientras me violaban, la enfermera me acercaba una cubeta para que vomitase. Porque era imposible no vomitar... Eran los seres más asquerosos que alguien pueda imaginar.

    Y cuando eyaculaban dentro de mí, los tumores de sus cuerpos supuraban pus con más abundancia. Y el olor… nunca olvidaré ese olor, como a leche mezclada con heces…

    Intento retener el reflujo que sube por mi esófago. Durante unos minutos quedo con el torso curvado hacia adelante, tratando de contener el vómito. Amanda me observa y sonríe.
    —No se preocupe, es normal lo que siente —me dice—. Por eso le ofrecí té. El jengibre es bueno para las náuseas, yo lo tomo todo el tiempo… ¿Seguro no quiere un poco?
    —No gracias. Ya se me pasa —le digo mientras me reincorporo—. ¿Cuánto tardó en quedar embarazada?
    —Al mes notaron que ya no menstruaba y dejaron de hacerme visitas… luego empezaron a tratarme como a una deidad. Me llevaban a pasear por el parque en silla de ruedas. Me hacían masajes, me cocinaban manjares y me dejaban leer todos los libros que quisiera. Tres meses después apareció la bruja que les había dicho cómo romper la maldición. Era una vieja gitana que hablaba en un idioma que yo desconocía.

    Amanda se queda en silencio unos instantes.

    —Fue una niña. Tenía mis ojos dijeron. Las parteras me la quitaron de las entrañas y se la llevaron a otra habitación. No querían que la tocase, temían que intentara matarla, seguramente. Y no estaban equivocados. Le hubiese roto el cuello al momento de tenerla en mis brazos.
    —¿Qué pasó después?
    —Al otro día me metieron en un auto y me colocaron una capucha. El auto anduvo dos horas, me bajaron y me subieron a otro que anduvo cerca de 4 horas. Me bajaron y me subieron a un tercer auto que tras 6 horas me dejó en Bratislava. Me colocaron en una silla de ruedas de oro y me empujaron hasta la entrada de una enorme y lujosa casa que yo solía admirar cuando trabajaba de puta. Me dijeron que era mía. Unos sirvientes me ayudaron a entrar. Al otro día despedí a la servidumbre y puse todo a la venta. Y con ese dinero, más todo lo que me habían depositado en el banco, fui al hogar de huérfanos para donarlo todo…
    —¿Y qué pasó con el detective?
    —Tardó dos meses en encontrar la casa del señor Nadie. Ni siquiera estaba en Checoslovaquia, estaba en Viena. Le pagué lo acordado y le di algo más a cambio de que contactará a 6 sicarios. Tras unas semanas me reuní con ellos y les ofrecí todo lo que me quedaba a cambio de que asesinaran al señor Nadie y a toda su familia de monstruos. No preguntaron nada, se repartieron mi fortuna y desaparecieron.
    —¿Y lo hicieron?
    Amanda se mete la mano dentro del sostén y extrae una hoja de periódico, la desdobla y me la entrega. El titular dice: Feroz masacre en mansión de Viena. 20 muertos. Posible ajuste de cuentas…
    —¿Y la bebé?
    —Ya estaba muerta cuando llegaron los sicarios. Los leprosos la habían desangrado y se habían bebido su sangre. De esa forma creyeron que acabarían con la maldición. Enfermos hijos de puta... Me alegro de haberlos matado a todos. Fue la mejor inversión para todo ese dinero.

    Me despido de Amanda con una sensación de alivio. Ése alivio que a veces produce la venganza, sobre todo cuando es tan merecida.
    LA HISTORIA DE AMANDA Praga, Checoslovaquia, 8 de diciembre de 1919 Amanda Novak tiene 22 años. Empezó a prostituirse a los 15. Dejó de hacerlo a los 21, cuando conoció a su último cliente: el señor Nadie. Amanda me recibe en su casa, una vivienda humilde que se cae a pedazos: paredes hinchadas por la humedad, techos descascarados, un colchón en el suelo donde duermen varios gatos, tres sillas, una mesa pequeña y un espejo roto que refleja mi silueta cuarteada. Amanda se desplaza en una silla de ruedas oxidada, me pregunta si quiero té de jengibre, le digo que no. Sorprende la miseria que la rodea. Lo primero que le pregunto es qué hizo con el dinero que le pagaron. —Doné una parte al hogar de huérfanos en donde crecí —dice—. Al principio se negaron a aceptarlo, hicieron preguntas: de dónde había sacado tanto, quién me lo había dado, etc. Al final los persuadí de que se quedaran con un poco, de que reformaran el hogar y les comprasen ropa nueva y juguetes a los niños... Aceptaron la donación a regañadientes. Claro, imagine a una muerta de hambre como yo, que se aparece con millones de Coronas en una bolsa… —¿Y qué hizo con el resto? —Contraté a un detective, le dije que le daría la mitad si encontraba al señor Nadie. —¿Así se llama el que la secuestró? ¿Señor Nadie? —Así se llamaba… —dice Amanda mientras se sirve té en una lata de tomates vacía. Amanda tiene el cutis gris, seco y estriado. Me cuesta creer que sólo tenga 22 años. Sus brazos están fibrosos de tanto girar las ruedas. Sus manos son gruesas, ásperas y venosas; parecen manos masculinas. Sus piernas sin pies cuelgan de la silla como algo ajeno al resto de su cuerpo. Lleva el pelo revuelto, casi blanco, tan largo que debe hacerse una trenza para que no se le enrede con las ruedas de la silla. Cualquiera que leyese esta descripción pensaría que se trata de un adefesio... pero no lo es, la belleza late en su cara, en sus facciones suaves y en sus ojos color zafiro, que contrastan con la lividez de su piel. Bratislava, 3 de abril de 1918 «Soy una chica sucia, chupo y trago más que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor, para el mejor postor…». Así se vende Amanda frente los hombres que pasan a su lado: cantando sus destrezas a viva voz. Algunos se paran y le ofrecen monedas, pero ella sonríe y les responde, también cantando: «No acepto limosnas… chupo y trago mejor que las demás…lala, larala… todos mis agujeros están disponibles para el mejor postor… » El estilo que Amanda utiliza para venderse es infantil, las demás putas que comparten la calle se ríen de ella, le dicen estúpida, imbécil, ridícula… pero ella las ignora y sigue cantando; y al final, el mejor postor siempre la elige entre las otras. Cerca de las 2 de la mañana, la calle Roja de Bratislava empieza a vaciarse de gente. En lo que va de la noche Amanda se ha dejado sodomizar tres veces y ha hecho seis felaciones. Sus bolsillos están llenos. Se prende un cigarrillo para quitarse el gusto a esperma de la boca. Mientras camina por las desérticas calles de la ciudad, nota que un auto se arrima a la vereda y reduce la velocidad para quedar a la par de ella. Es un Buick blanco, el chofer saca una mano enguantada por la ventanilla y deja caer un rollo de billetes en la calle, luego acelera. Amanda recoge los billetes y sigue caminando pendiente del auto, que se estaciona llegando a la esquina. La mano del chofer suelta otro rollo y vuelve a acelerar. Ella toma el dinero y sigue al auto como un animal hipnotizado. La acción se repite cuatro veces, hasta que el auto se detiene y apaga el motor. Amanda le acerca los cuatro fajos al chofer. —¿Qué estás buscando con tanto dinero? —le pregunta. En la penumbra Amanda no logra distinguir la cara del tipo, que se baja el ala del sombrero para no dejase ver. —Busco sus servicios por 9 meses —le dice. Amanda suelta una risotada ordinaria, le tira los billetes en el regazo y se va caminando. El auto arranca y la sigue. El chofer saca la mano nuevamente y deja caer algo brillante en la vereda, algo que percute como una piedra. Amanda se agacha y recoge lo que parece ser un diamante. —Lo que usted tiene en sus manos es una gema valuada en miles de Coronas. Si me ofrece su cuerpo por 9 meses, se la puede quedar y vivir como una duquesa el resto de su vida. Amanda sostiene la joya, la baraja entre sus palmas, es pesada, de forma hexagonal. Mientras el chofer habla, Amanda se quita los zapatos con la punta de los pies y se escapa llevándose el diamante. El auto la persigue tocando el claxon. Amanda toma las calles al azar, gira en las esquinas, derecha, izquierda… se mete en un callejón, no hay salida, intenta treparse al muro para pasar al otro lado, el auto acelera y le aplasta las piernas con el parachoques. Amanda despierta en una cama con dosel. Tiene los brazos atados a los pilares de la cabecera. Del dosel cuelga un velo rojizo, se distingue una sombra a través de la tela. —¿Dónde estoy? —pregunta. —Lejos —responde la sombra. —¿Usted quién es? —Soy el señor Nadie. —¿Qué quiere, por qué me trajó aquí? —Se lo dije hace una semana, en la calle: quiero 9 meses. Amanda está drogada, siente la boca seca y la lengua hinchada. Habla con dificultad. —¿Qué pasa con mis pies? No los siento. —Sus piernas quedaron destrozadas. Tuvimos que amputarle los pies para detener la gangrena... —responde la sombra son suma tranquilidad. Amanda cierra los ojos y solloza. —Esto no puede estar pasando… —murmura. La sombra corre el velo y se deja ver. Es un hombre vestido de traje negro, con la cara deformada en protuberancias que emanan un líquido viscoso y amarillento. —¡Por Dios! —grita Amanda. —Entiendo su espanto —le dice el hombre—. Sucede que sufro de una extraña clase de lepra purulenta. Mi familia lleva varias generaciones sufriendo esta enfermedad. Me han dicho que es un maleficio gitano que le hicieron a mi tatarabuelo, hace 150 años... Sé que soy repulsivo a sus ojos, ni yo mismo tolero mirarme, por eso no hay espejos en esta casa. El hombre se sienta al borde de la cama. —¿Y yo qué tengo que ver con eso? —pregunta Amanda desviando su mirada—. Déjeme ir, yo no hice nada malo... no quise robarle, perdóneme, por favor… El tipo le acaricia la cara. Amanda siente los bultos viscosos de sus manos rozándole las mejillas. —Usted nos va a salvar, Amanda —le dice—. Usted fue elegida para curar esta maldición. —¿De qué habla? ¿Está chiflado? —Esta noche, los hombres de esta familia: mis tres hermanos, mi padre, mis cuatro sobrinos y mis dos tíos, van a intentar preñarla. Y cuando lo logren, cuidaremos de usted hasta el momento de dar a luz. Con esa criatura vamos a cortar la maldición... En agradecimiento me encargaré de hacerla una mujer millonaria… —¡Ni muerta me dejaría tocar por ustedes! —grita Amanda mientras tironea de las amarras. —Amanda —le dice el hombre con ternura—. Usted no está en condiciones de decidir. Si se resiste será peor, porque la haremos sufrir: la quemaremos, le arrancaremos la piel, le sacaremos los ojos, la lengua... la obligaremos a comer cucarachas y las cosas más horribles que pueda imaginarse. En cambio, si cede, si abre sus piernas sin poner resistencia, esto pasará pronto y se llevará una gran recompensa. —¡Prefiero que me mate, hijo de puta! El hombre se levanta, vuelve a correr el velo del dosel y antes de salir de la habitación le dice: —Comenzamos en dos horas. Antes vendrá una enfermera, para limpiarla y lubricarla… —Y así fue —me dice Amanda—. El grupo de leprosos apareció dos horas después. Había de todas las edades, desde 16 hasta 60 años. Uno por uno fueron metiéndose entre mis piernas, con sus cuerpos amorfos, supurantes, inmundos... Con las caras desfiguradas por los bultos. Y mientras me violaban, la enfermera me acercaba una cubeta para que vomitase. Porque era imposible no vomitar... Eran los seres más asquerosos que alguien pueda imaginar. Y cuando eyaculaban dentro de mí, los tumores de sus cuerpos supuraban pus con más abundancia. Y el olor… nunca olvidaré ese olor, como a leche mezclada con heces… Intento retener el reflujo que sube por mi esófago. Durante unos minutos quedo con el torso curvado hacia adelante, tratando de contener el vómito. Amanda me observa y sonríe. —No se preocupe, es normal lo que siente —me dice—. Por eso le ofrecí té. El jengibre es bueno para las náuseas, yo lo tomo todo el tiempo… ¿Seguro no quiere un poco? —No gracias. Ya se me pasa —le digo mientras me reincorporo—. ¿Cuánto tardó en quedar embarazada? —Al mes notaron que ya no menstruaba y dejaron de hacerme visitas… luego empezaron a tratarme como a una deidad. Me llevaban a pasear por el parque en silla de ruedas. Me hacían masajes, me cocinaban manjares y me dejaban leer todos los libros que quisiera. Tres meses después apareció la bruja que les había dicho cómo romper la maldición. Era una vieja gitana que hablaba en un idioma que yo desconocía. Amanda se queda en silencio unos instantes. —Fue una niña. Tenía mis ojos dijeron. Las parteras me la quitaron de las entrañas y se la llevaron a otra habitación. No querían que la tocase, temían que intentara matarla, seguramente. Y no estaban equivocados. Le hubiese roto el cuello al momento de tenerla en mis brazos. —¿Qué pasó después? —Al otro día me metieron en un auto y me colocaron una capucha. El auto anduvo dos horas, me bajaron y me subieron a otro que anduvo cerca de 4 horas. Me bajaron y me subieron a un tercer auto que tras 6 horas me dejó en Bratislava. Me colocaron en una silla de ruedas de oro y me empujaron hasta la entrada de una enorme y lujosa casa que yo solía admirar cuando trabajaba de puta. Me dijeron que era mía. Unos sirvientes me ayudaron a entrar. Al otro día despedí a la servidumbre y puse todo a la venta. Y con ese dinero, más todo lo que me habían depositado en el banco, fui al hogar de huérfanos para donarlo todo… —¿Y qué pasó con el detective? —Tardó dos meses en encontrar la casa del señor Nadie. Ni siquiera estaba en Checoslovaquia, estaba en Viena. Le pagué lo acordado y le di algo más a cambio de que contactará a 6 sicarios. Tras unas semanas me reuní con ellos y les ofrecí todo lo que me quedaba a cambio de que asesinaran al señor Nadie y a toda su familia de monstruos. No preguntaron nada, se repartieron mi fortuna y desaparecieron. —¿Y lo hicieron? Amanda se mete la mano dentro del sostén y extrae una hoja de periódico, la desdobla y me la entrega. El titular dice: Feroz masacre en mansión de Viena. 20 muertos. Posible ajuste de cuentas… —¿Y la bebé? —Ya estaba muerta cuando llegaron los sicarios. Los leprosos la habían desangrado y se habían bebido su sangre. De esa forma creyeron que acabarían con la maldición. Enfermos hijos de puta... Me alegro de haberlos matado a todos. Fue la mejor inversión para todo ese dinero. Me despido de Amanda con una sensación de alivio. Ése alivio que a veces produce la venganza, sobre todo cuando es tan merecida.
    Me shockea
    Me entristece
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  • Ya son las 21:00 en alguna parte... —comenta mientras se sirve un vasito de whisky con algo de sangre humana, para amenizar esta tarde de Jueves—


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Ya son las 21:00 en alguna parte... —comenta mientras se sirve un vasito de whisky con algo de sangre humana, para amenizar esta tarde de Jueves— #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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